Málaga tiene la oportunidad de convertir el Parque del Oeste en el primer museo dedicado al reconocido artista Stefan von Reiswitz. El cierre de la fundición que elabora sus esculturas ha hecho que se guarden allí sus moldes

El artista alemán ya exhibe muchas de sus obras ubicadas al aire libre en este parque malagueño. Solo falta la colaboración y la voluntad institucional

Stefan_von_Reiswitz08/05/14. Cultura. Los 74.000 metros cuadrados del Parque del Oeste pueden ser, en un futuro no muy lejano, un museo homenaje a uno de los escasos grandes artistas todavía vivos de la provincia, Stefan von Reiswitz. Solo falta voluntad institucional para crear, en el interior de este enorme espacio, la infraestructura necesaria para guardar las herramientas, moldes y bocetos del artista que complementen y expliquen las esculturas que acoge el parque, y es que éste, ya es, de facto, un enorme museo al aire libre repleto de trabajos del escultor alemán.

MUCHAS obras de Von Reiswitz se han expuesto en museos de medio mundo. También en Málaga: en la Fundación Casa Natal de Picasso o una gran antológica en la Sala Alameda. El cierre de la fundición en Antequera en la que el reconocido artista elaboraba sus esculturas y en la que guardaba muchos de sus utensilios, vaciados y enseres, ha hecho que todos estos materiales se acojan ya en las instalaciones del Parque del Oeste de forma provisional en un almacén de la muralla que allí existe, junto a gran parte de esas esculturas fundidas que figuran en el exterior. La cuestión sería habilitar realmente el lugar en que se guardan todos estos elementos y relacionarlo con sus obras exteriores. Sin grandes intervenciones. Que se pudieran visitar ambos espacios de forma complementaria y explicativa. Esta situación deja la pelota en el tejado de las instituciones: ahora deben responder y estar a la altura. Informa EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

ESTA revista rescata una GALERÍA DE IMÁGENES publicada en el año 2012 sobre las obras de Stefan von Reiswitz, quien abraza el surrealismo y el dadaísmo en sus trabajos. Lo particular de esta galería es que está íntegramente realizada en el Parque del Oeste. Un parque que, de por sí, funciona al margen del paisaje local de espacios de arte, y cuya discreción esencial le otorgan el papel especial que desempeña una carta robada: pasa desapercibido porque está a la vista de todo el mundo. Un museo que no es tal, y sí es monográfico; de autor, y quizás más autorial que el resto, porque su artista, Stefan, a diferencia de otros de sus antecesores o coetáneos, está vivo e interviene activamente en la elección, instalación y diseño de la exposición pública. 

UNO de los grandes logros de la instalación de esta colección de piezas en el Parque del Oeste es su adaptación al terreno. A diferencia de otros espacios monográficos de escultura de un autor (el tremebundo Parque Vigeland en Oslo), el Parque del Oeste no agrede por falta de criterio espacial en la instalación. El escenario no absorbe esculturas ni estas obligan al parque a dejar de serlo. El equilibrio se ha conseguido y la noción de pasear por un parque no ha sido desplazada por la de visitar un centro de arte al aire libre. 

DESACTIVADO el procedimiento de dirigismo de la mirada, tan concreto de las fórmulas prescritas de comportamiento a lo largo de siglos de decantación, a nadie se le ocurre pensar que allí se puede ver una antológica o que es una muestra de obra reciente. En cierto sentido, el espíritu burlón del artista parece haber encontrado su posición ideal en la presencia fija en un lugar sometido a la mirada contingente y al espectador casual. 

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 YA existen antecedentes y demostraciones de la importancia y lo necesario de un tributo a Von Reiswitz. Predisposición existe incluso por parte del artista, que ubica su trabajo en un Parque del Oeste que continúa guardando su trabajo con discreción ante la mirada del transeúnte habitual, que en muchos casos ignora algunas de las obras más reconocidas de este artista, que se encuentran en este parque malagueño. Es el ejemplo de El Pacifista, una obra monumental de 2,4 metros que recuerda, por sus referencias, al pasado grecolatino. Reiswitz es un entusiasta de las tallas alemanas y flamencas y su obra se encuentra repleta de figuras de fantasía dignas de un museo.

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Fuente: El Observador.